jueves, 15 de octubre de 2009

El Hipermito de Saint Seiya, Parte 2.

¡Saludos, lectores de Comicología! Aquí, una vez más para publicar el segundo post referente a Saint Seiya, conocidos también por Los Caballeros del Zodiaco. Si no han leído la primer aparte, empiecen de una vez.

Como quedamos en el post anterior, hablaremos más a fondo de la universalidad y el significado global que Kurumada posiblemente quizo proyectar con ésta serie. Así que continuemos...



Todos protegiendo una sola cosa

Siguiendo con el enfoque de que Todo es Uno y partiendo de que las armaduras de los Santos tienen Vida; Kurumada estipula en su argumento que las propias armaduras tienen memoria, o bien, la memoria de sus portadores, que parecen guardar a veces una relación incluso con el espíritu de ellos. Como se lee en el manga o vemos en la Saga de las Doce Casas, las armaduras "son capaces de distinguir el bien del mal, y las intenciones de su portador" esta capacidad de distinguir, no es otra cosa sino la memoria misma de la armadura y de sus distintos portadores desde hace mucho tiempo este comportamiento marca "la moral" de la armadura.

Para explicar esto podemos referirnos, entre muchas otras ideas, a la del Inconsciente Colectivo de C.G. Jung. En el Inconsciente Colectivo encontramos los arquetipos, los símbolos y la objetividad de las ideas que han ido moldeando nuestra civilización a través de los años, los arquetipos son modelos básicos que se presentan de diferentes formas y que al entrar a nuestro consciente nos provoca asombro o desconcierto.

Si unimos esta idea de Inconsciente Colectivo de Jung con el Hipermito de Kurumada nos da por resultado que ambas cosas es lo mismo; tanto para definir el argumento de Saint Seiya, como su éxito y aceptación en el púbico ya que, como mencionamos anteriormente, los personajes y sus situaciones están basados en ideas, mitos e historias que han moldeado y conmovido a nuestra civilización.

Teniendo por entendido el Hipermito y la Universalidad de las armaduras podemos interpretar ahora la misión primordial de los Santos: Defender a Athena, - en la mitología griega, diosa de la sabiduría, hija de Zeus quien le otorgó gobernar la Tierra. Lo cual nos da como resultado que los Caballeros defienden a la Tierra.

Athena o Atenea, es una divinidad que resalta la virginidad, de hecho, sus estatuas la representan siempre con vestidos largos, aunque también en distintos mitos posteriores se le consideraba una madre y protectora en la guerra, en la siembra, las artes y hasta en el mar. Athena, una diosa protectora, virgen o “intocable” protectora de casi todas las actividades humanas y de los mismos humanos; para mantener esas virtudes necesita de sus Caballeros quienes la protegerán y la considerarán una madre salvaguarda de la Tierra.




Athena reencarna en la joven Sahori Kido, heredera de una organización que, entre muchas otras cosas, reúne a los nuevos portadores de las armaduras que en épocas antiguas defendieron a Athena en la Guerra Santa contra Poseidón. En esta Era, al nacer Sahori y habiendo un complot para asesinarla encabezada por el Santo Saga de Géminis, el Santo Aiolos de Sagitario (quien describiremos mas adelante con mayor detenimiento) logra rescatar a Athena a costa de su propia vida, enfrentando en el camino a dos Santos de Oro –al mismo Saga y a Shura de Capricornio.

Con su último aliento, Aiolos es capaz de dejar a Athena en cuidado de Mitsumasa Kido logrando ponerla a salvo y dejando el legado de su armadura como aquella que quedaría en su memoria grabada que debía de proteger, a toda costa, a la diosa. Eso explica la ayuda que presta varias veces a los Santos protegiendo a Athena sabiendo entonces que la voluntad de Aiolos le dejó esa misión. Tiempo después Mitsumasa reúne a cien muchachos de todo el globo terráqueo para ser entrenados y obtener una armadura de bronce para proteger a Sahori Kido. Al pasar la serie, nos dan como dato de que todos los cien muchachos son hijos de Mitsumasa; representando así una especie de Zeus y Aiolos un mártir redentor.


Los Santos y su Misión

Sahori tiene como “guardaespaldas” a cinco caballeros de bronce: Seiya de Pegaso, Shiryu de Dragón, Hyoga de Cygnus, Shun de Andrómeda e Ikki de Fénix. Estos personajes son en los que se centra la historia. Cada uno, con distintos orígenes, pero con los mismos objetivos.

Como vemos, Atena/Sahori representa entonces a la Vida, lo blanco y luminoso como sus vestidos, sin ella el Mal triunfa y con el Mal viene la Muerte, la oscuridad. Si ella representa la Vida entonces los Santos son sus armas, sus elementos para combatir el Mal. Los Santos de Bronce son entonces representaciones de la materia, de los elementos básicos que crean la Vida: Agua, Aire, Tierra, Fuego y el Alma; o basándonos en la ciencia y los estados de la materia: Sólido, Líquido, Gaseoso y Plasma. Que con sus atributos naturales defienden la Tierra, la Vida y Atena, conformando así la unión y la composición del Todo.

Si catalogamos con estos elementos a cada uno de los cinco Santos de Bronce quedaríamos como: Seiya de Pegaso elemento Tierra, Shiryu de Dragón elemento Aire, Hyoga de Cygnus elemento Agua, Ikki de Fénix elemento Fuego, y Shun de Andrómeda elemento Alma; aunque estas aportaciones podrían contradecir el hecho de que Seiya es heredero portador de la armadura de Sagitario, signo zodiacal que lo rige el elemento Aire, pero por ejemplo Hyoga de Cygnus es Acuario y maneja poderes referentes al hielo.

Cygnus puede aparentar ser muy frío, calculador y tajante; pero, como el hielo, tiene un punto que lo quiebra y lo deshace, en su caso es el lazo sentimental con su madre. El caso de Shun de Andrómeda es muy particular. Shun representa muchas veces la sensibilidad y el coraje; un reflejo de lo que el Humano tiene dentro de su Ser; sin el Alma el Hombre no sentiría, no tendría pasiones ni ataduras a este mundo. Shun de Andrómeda está muy ligado a su hermano Ikki por lo que en muchas ocasiones esa atadura sentimental le impide fortalecerse pero a su vez también lo revitaliza para seguir luchando. Si lo representaríamos como un estado de la materia sin duda es el plasma, materia por la que están compuestas las estrellas y las nebulosas intergalácticas.

Shiryu, que literalmente significa "Dragón Lila" -un color espiritual, las ropas tradicionales chinas que usualmente porta son, generalmente, lilas jade, piedra que, era muy apreciada por los chinos en la antigüedad es también una representación de fuerza y justicia. La armadura del dragón que porta Shiryu, representa a un dragón chino. Kurumada, con su llamado Hipermito, lo une al mito de un dragón que cuidaba el cielo y que habría salvado a Zeus en alguna ocasión. Shiryu representa el elemento Aire, tal y como su Maestro Dohko, quien porta la armadura de Libra, signo regido por el elemento Aire. Shiryu, en varias ocasiones pierde la vista, tal y como es representada la Justicia, quien además ésta porta una balanza, símbolo representativo del signo Libra.





Los Santos de Bronce son doce, cada uno representa un signo zodiacal, pero también cada uno representando un mes del año y del tiempo en que se tarda la Tierra en girar sobre su órbita solar. Si cada mes y cada signo es un momento solar, damos por conclusión de que cada Santo es la representación de nuestra estrella: el Sol, el dador de Vida. En todas las mitologías el Sol es el dios máximo; el dios que lucha contra la noche, la oscuridad, lo maligno. Esa lucha los antiguos la interpretaban como el día y la noche; el encuentro infinito entre las dos fuerzas. Yin Yang.

Aiolos es una representación del bien que siempre triunfa, aunque a veces sea derrotado por un tiempo, pero siempre triunfante al final. Es el bien incorruptible, el que ayuda a aquellos que se apegan al bien a pesar de todo sí, es el del Santo con devoción al extremo del martirio, pero acompañada de compasión y bondad. Si buscamos en la mitología judeocristiana, Aiolos representa un papel de Mesías quien se sacrifica para que la Vida siga, o bien, para que Athena viva. Es el Santo incorruptible, como el Jesucristo cristiano quien no se dejó tentar por Satanás y mantuvo su compasión y sacrificio hacia sus semejantes. La armadura de Sagitario, la cual es descrita en algún punto como "la más poderosa" de las 12.

Aiolos es el Santo Incorruptible, es un Santo que, ni siquiera vemos jamás su cuerpo muerto, más que en una pequeña escena, pero que incluso permanece en el mayor de los misterios, haciendo una aparición únicamente para reunir a los Santos de Oro en el Infierno y así hacer brillar el Sol ahí mismo.

Seiya es el heredero de la armadura de Sagitario, signo que se representa por un centauro cargando un arco y una flecha. La flecha tiene un gran peso dentro de la historia de Saint Seiya, puede ser ofensiva contra Sahori, o puede ser benefactora para destruir muchas amenazas contra ella. La flecha es junto con Seiya, la misma que señala hacia un punto en una brújula, y los puntos cardinales son los demás caballeros de bronce, resguardando su Tierra mientras la flecha da en el blanco.


Las Estrellas

Si seguiríamos encontrando más elementos y representaciones de cada personaje en Saint Seiya veremos que sería imposible resumirlas en unas cuantas páginas. Kurumada tenía bien pensado lo que estaba creando y lo que proponían con Saint Seiya: Que todo en este Universo está ligado. Tal y como las constelaciones que forman una figura, como las partículas que crean cosas palpables, o como el polvo estelar o de nuestro cuarto que es parte de nuestra evolución; que cada ser, cada estrella y cada cosa viva e inerte forma parte de un Todo. El Todo que con el pasar del tiempo se transforma, evoluciona y cumple una función en la Existencia que, al final de cuentas forma parte de ese Todo.

miércoles, 7 de octubre de 2009

El Hipermito de Saint Seiya. Parte 1

Saludos. En esta ocasión enrtraremos al mundo mitólogico de Saint Seiya, aquí va la primera parte de dos que publicaré de un articulo que salió en la revista mexicana "Virtual Kids Edición de Lujo: Antología Saint Seiya" de Junio de 2009. Disfrutenla.
Si hablamos de animaciones con un gran contexto filosófico y cultural podemos escoger -de entre las que tenemos contadas con los dedos- a Saint Seiya: Serie que con el pasar del tiempo se revalora su contenido y se mira bajo la perspectiva de la superación espiritual del Ser Humano. Saint Seiya es preferida de muchos pero, ¿por qué la atracción tan intensa hacia ésta serie? Es notable que la temática mitológica sea el plato fuerte para el argumento; aunque de ahí, podemos encontrar más elementos que jamás habíamos analizado.


Para que no olvidemos
Probablemente sabes al derecho y al revés el origen de esta serie animada; pero para los que apenas comienzan en este medio o para alguien interesado en la lectura de esta serie, necesitamos mencionar que Saint Seiya es inicialmente un manga (o cómic japonés); creado por Masami Kurumada. Saint Seiya fue visto por muchos japoneses por primera vez a través de la revista Shonen Jump, hace veintitrés años. Meses después, en octubre, el casi obligado salto del manga al anime se da y con ello el éxito previsto para todo el mundo.

En México, su aparición televisiva fue en 1992. Con una estrategia mercadológica inmensa y una previa lucha por trasmitirla y obtener sus derechos entre las dos televisoras más importantes del país -que eso quizá contaremos después. Conocida como “Los Caballeros del Zodiaco”, la serie llegó para arrasar ratings y convertirse en el fenómeno que es ahora. ¿Cómo no recordar los “pákatelas!” de Gamesa con imágenes de los Caballeros de Atena? ¿O cada mañana de sábado y domingo en la barra infantil de TV Azteca disfrutar de dos capítulos seguidos de Los Caballeros del Zodiaco? Y mucho menos no poder olvidar la introducción de las figuras de acción de Bandai; las ovas en el cine y posteriormente en formato VHS, y ahora la Saga de Hades, animación que hace resurgir la franquicia en el Nuevo Milenio.


Con todo esto, podemos decir que Saint Seiya es sin duda la animación que hizo voltear a muchos hacia al anime. Saint Seiya, en México, ayudó en los años noventa a que esta industria nipona de entretenimiento – el anime y manga-, tomara sus bases y construyera sus pilares para lo que es en estos días un medio para conglomerar jóvenes, niños y adultos en una idea, estilo de vida o como mero ocio y esparcimiento. Saint Seiya ayudó a que las productoras y casas de vídeo importaran otras series de Japón; ayudó a que el mercado del coleccionista del manga y del juguete (del verdadero coleccionista) se respetara como para seguir haciendo cada año convenciones y expos referentes al tema en el ancho del país, generando también núcleos y redes sociales dentro de Internet y en el mundo real. Saint Seiya también ayudó a que el sector de actores de doblaje sea reconocido por el gran trabajo que hacen al celebrarse dichas convenciones y/o exposiciones.

El asunto del Hipermito.
Como se menciona en líneas anteriores, Saint Seiya ofrece una gama de personajes y situaciones basadas inicialmente por la mitología greco-romana; artes marciales y filosofía oriental budista son preceptos de algunos personajes; astrología, mitos occidentales, nórdicos y judeocristianos. Todo esto mezclado con personalidades, drama y emoción, Kurumada lo denomina con el concepto de Hipermito.

En cada capítulo, en cada temporada conocemos un nuevo personaje quien posee el poder de una constelación, de un dios, o de un poder sobrehumano para luchar contra la Humanidad o bien, para ayudarla que, con esos poderes puede utilizarlos separadamente o mezclados; es por eso que vemos personajes de contexto oriental usar el poder simbólico de una espada occidental.
Saint Seiya es la lucha eterna del bien contra el mal. Una lucha que no es de un dios contra otro, sino de un grupo de seres que han prometido defender a la Tierra, al mundo y a Athena contra las amenazas que buscan la dominación total.


La pieza más importante
Sin duda alguna el propósito principal de los Santos (o Caballeros) es la de proteger a Athena. Cada Santo posee una armadura, mismas que tienen un rango especial y funciones diferentes en la lucha contra el Mal. Hay armaduras de oro, de plata y de bronce. Como primer chispazo cognitivo al escuchar la palabra “Caballeros” -o Santos-, vestidos con armaduras podemos inclinarnos hacia dos vertientes: Una histórica que es la de los Caballeros de la Cruzadas; y otra mitológica ligada a ésta anterior, la de los mismos Arcángeles que en el mito romano apostólico y cristiano son representados con armaduras y espadas cuando luchan contra los demonios.

Originalmente el término Santo es el idóneo para clasificar a estos guerreros, ya que Kurumada se basó en la etimología antigua griega que se le daba a los guerreros que luchaban por una idea religiosa. Por la situación que en el moderno occidente existe sobre la definición de la palabra “santo”, algunos países tradujeron el título Saint Seiya como Los Caballeros del Zodiaco. Durante esta lectura nos referiremos a estos personajes como Santos o Caballeros, para no crear debate y darle gusto a todos.

Si bien podemos definir con ese contexto a las armaduras, Kurumada no quiso quedarse así nada más. Dentro de Saint Seiya, las armaduras además de su rango y función, están creadas por alquimistas y artesanos del legendario y mítico continente perdido de Mu (o Lemuria). Este continente, en nuestra realidad se dice que existió entre África, el Océano Índico hasta llegar al sur del Pacífico, se cree que este continente, como la famosa Atlántida fue sumergido debido a catástrofes naturales.


Los alquimistas, por otro lado, son aquellos que practicaban el arte antiguo de la Alquimia, o al-khem en árabe, que así se le denominaba en la antigüedad a Egipto, lo cual nos da como resultado que Alquimia es la Magia de Egipto. No obstante, la Alquimia es ubicada como una manera “primitiva” de hacer química. Los alquimistas europeos tuvieron como primaria actividad la búsqueda de la piedra filosofal; que no era meramente una piedra sino una serie de conocimientos en los que el que podía manejarla encontraría la manera de convertir el plomo en oro, curar enfermedades y obtener la inmortalidad. Kurumada, sin duda, y partiendo de estos puntos contextuales le dio a sus armaduras el concepto básico para entender porqué algunas armaduras son indestructibles y hasta algunas veces se regeneran.

Quizá Kurumada con su intensión del Hipermito no quiso que las armaduras sean meramente un producto de la Alquimia. Basándose en un contexto sistémico universal –que explicaremos a detalle en párrafos posteriores-, Kurumada argumenta que las armaduras están protegidas gracias a que, entre otras cosas, en su material hay "polvo de estrellas" o polvo cósmico.

El polvo cósmico es aquel formado por partículas muy tenues y que rodean cometas y sistemas solares. Son residuos de planetas, cometas y estrellas; como el polvo que hay en nuestras recámaras, ése polvo tan molesto y que sacudimos regularmente es nada más y nada menos que residuos de nosotros mismos y de todas las cosas que poco a poco se van adhiriendo al mundo y regresando a su lugar de origen: “Polvo eres y polvo te convertirás” como precepto cristiano o en otras palabras científicas “La materia no se crea ni se destruye solo que se transforma”.

Las armaduras de los Santos están hechas de todas las cosas, de todos los elementos y todas las estrellas que han nacido y muerto en el tiempo al que llamamos Vida; son así Armaduras con Vida. Kurumada así une dos preceptos a su Hipermito que durante nuestra Historia han debatido sobre la veracidad entre ellas en lo que se refiere al origen de la Vida y las cosas: la científica y la religiosa. En el siguiente post veremos lo que esas armaduras representan dentro de esta universalidad.


Continuará...